martes, febrero 06, 2007

Rumbo a (la) Niebla.

Los Hemos visto pasar muchas veces, de negro con sus pañuelos y flecos al viento, muchos con sonrisa escasa y expresión ruda.

Una vez dentro todo cambia. Como muchas veces he pensado no hay mejores momentos de alegría que los que vienen de improviso. Sin saber que iba a hacer el resto de mi de semana sola en Valdivia. Un llamado telefónico lo dispuso todo. La noche del domingo tuvo su gloria camino a Niebla dos camionetas y 8 choppers, atraían las miradas del tráfico al borde del Rio Valdivia. En el asiento de atrás, en una de aquellas maquinas iba yo, sonrisa al viento, como invitado de piedra en un paseo que no era mío, con gente que no conocía agarrada de la cintura del Leo. Pendiente del camino y del paisaje, pero antes que nada de mi rostro reflejado en el espejo retrovisor. Que risa! Una buena aventura, cosas que no se olvidan. Gracias Pistones.

Tierra de sueños y pulperias


Estará ahí. Siempre esperándome, agradecido de mi visita que le hace recordar el porque de su existencia. A veces con cara de un ternero que sigue mi mirada a través de alambres púa que separan su pradera de mi paso. A veces con el saludo entusiasta de un vecino de una vereda a otra. Otras, te reconozco a través de un nuevo rumor de pueblo en boca de una vendedora de calzado. También eres el rostro amable y perdido del borracho invariablemente sentado en la misma esquina.
No compartí contigo, aquel día de furia tan comentado, pero ahora sonrió al pensar que tomaste por sorpresa a cientos que comentaron como la lluvia caía y lo inundaba todo. Zapatos en la mano, alcantarillas tapadas, turistas desprevenidos, escasez de paraguas. ¿Por qué? No te pareció bien que se haya instalado en tus terrenos la primera red de farmacias nacional, supongo que vaticinas que el equilibrio se comienza a romper con la instalación de comercios de extraños que provocarán lamentos y perjurios en tus vecinos de siempre. Quizás solo tenías ganas de reír y fue una simple travesura.
La gente te quiere, y te cuida, de apoco se empieza a valorar todo lo que eres y lo que puedes ser. Solo espero que no dejes de sorprender, ni de hacerme sonreír, para que vecinos, turistas, extranjeros y amantes de tus tierras no olviden nunca que tienes el dominio y que te mereces el respeto y cariño de todos. No dejes de inspirar, para que tus familias logren encontrar el camino en este insipiente cambio que crece en tus dominios.

Tierra de sueños y pulperías. Hasta siempre.