lunes, mayo 21, 2007

Un cuento: "Boda"

El vestido que me regalo mi “cuñada”, me quedó perfecto, la imagen que me devolvió el espejo me sacó una sonrisa, era tal como lo imaginaba. El lino, como hace un tiempo descubrí, es como yo, un poco informal, un poco clásica, algo de rebeldía y orden hay en una tela que pasa de verse en una primera imagen, tan formal, para luego no resistirse a los arrugados abrazos, el baile, sillas y sillones que me acompañarán a cada flash, que hoy se interponga en mi camino. Unas sandalias elegidas para la ocasión y una gargantilla de mi madre que a regañadientes me ofreció para el “gran día” acompañaron al lino. Me veía guapa, me sentía guapa. Hoy tenía que ser la más guapa de todas. Y así fue.

Un disfraz a medias, fue al fin y al cabo lo que quedó sobre mí. La idea era que resultara todo creíble y perfecto, pero la corbata definitivamente es una formalidad que no pude aceptar. Por otro lado la vestimenta seudo informal de mi “novia” me tranquilizaba. Ella se veía bien. Ambos nos veíamos bien (juntos, no?)

Que guapo se veía! Un primer cosquilleo de envidia sentí al no haberlo visto nunca así para mi, pero rápidamente deseche esta sensación de mi cabeza, tenía que mentalizarme con el control de estas ideas, que recién comenzaba la tarde y la lucha con el “conciente colectivo formal”. Que ganas de ponerle stop a aquella voz que intentaba racionalizar los eventos que ocurrían según la mirada de la “normalidad”.
“Me alegró por él”, era una expresión que intentaba recordar constantemente para no caer en las superficialidades” Mi energía se tenía que volcar a ayudarlo a tener un día tranquilo, y fácil. Más que nada fácil, mis habilidades de negociación y organización de un grupo humano fueron las armas con las que aleje las ideas estúpidas, y al mismo tiempo lograron una eficiente coordinación entre gente, horarios, coches, capacidad, necesidades y servicios. El “evento” tenía que funcionar bien. Y así fue.

A todos nos ha asombrado alguna vez, como en unos segundos pueden pasar tantas cosas por la cabeza, mientras firmaba, sentía la respiración de Samuel a mi lado, y su inconfundible olor, que tan diferentes sensaciones me había provocado siempre, pensaba en mi futuro y en el lazo que nos uniría por tanto tiempo, paradójicamente un lazo como aquel que fue lo que me hizo escapar y alejarme, hace solo unos meses … Y ahora estábamos a un lado, frente a la libreta de familia que nos extendía con una ingenua sonrisa, la Jueza.

¿Hijos? Y ¿seis? Mi sonrisa se confundió con la de un hombre ilusionado con formar una familia, pero escondía mi pánico a las obligaciones de Padre, había mucho por aprender aún y lo más probable es que la madre de mis hijos no estuviera en aquella sala. (o si?)

En un comienzo lo deje pasar, y no ver más allá, pero aunque no estaba segura lo que escondía la complicidad de sus miradas, todo se reafirmo cuando por casualidad descubrí aquella sonrisa de Samuel, inconfundible cuando mira con amor, yo ya había conocido esa mirada-sonrisa, e incluso la había esquivado, y ahora contra todo lo que no quería, la envidiaba. La envidié.

Supongo que no fue fácil para nadie el escuchar el párrafo de los anillos, sin anillos. No es que no lo hubiera intentado, pero finalmente la compra de unos anillos no había sido ni fácil ni fructífera. Pero, que mejor que un bonito vestido y un par de pendientes que reafirmaban mi cariño y agradecimiento y que aclaraban un poco las condiciones de nuestra unión. Menos mal que nadie tenía un par de anillos disponibles, cuando se miraban las manos los presentes frente a la insistencia de la Jueza de por lo menos reemplazarlos con los “supuestamente olvidados y originales anillos”

Yo no solo tenía uno, si no que tenía los dos, el mío en el dedo de “compromiso” y el de Samuel en el pulgar, pero como estaba distante del grupo, nadie se dio cuenta cuando en casi un acto reflejo, me los saqué y los metí en el bolso. Total, si esto es un engaño, para que ahondar más en el juego. Ya era un lazo fuerte, y creo no poder lidiar con un diario recuerdo de este momento en el dedo de mi “novio”.

Hubiera querido hacerle una reverencia a las dos y no decir nada más. Me sentí totalmente agradecido de sus fortalezas, cualidad que poseían ambas, a pesar de todas las diferencias que había aprendido a conocer estando con cada una, quizás por eso era tan fácil elegir y tan difícil comparar. Sentía la mirada de mi “novia” con un dejo de lástima y bastante admiración, la imagen de vernos a los dos firmando un libro de matrimonio no debe ser nada fácil.

Fue rápida la ceremonia, como todos dijeron, pero para mi un poco eterna, aunque no suelo planificar lo que haré en las próximas horas, no podía dejar de pensar que en la noche estaría bailando Regae en la cubierta de un barco en el puerto, felizmente borracha para despertar mañana, contenta de haber vivido una luna de miel ajena con mi novio comprometido con otra. Eso era lo que me daba aliento para seguir con mi actitud segura y mi sonrisa complaciente. Aunque debo confesar que mi mirada se fue a mis pies cuando llegó el momento del beso de compromiso, me regalé la autorización de que mi retina no absorbiera esa imagen.

Un suspiro fue lo que mi alma dijo cuando los vi alejarse juntos a una fiesta que no estaba invitada, “esta bien” “es lo acordado” me repetía una y otra vez, pero no pude sentir como un dejo de esperanza al escuchar un “mañana nos vamos de fiesta los dos, solos, vale?”

Al final, no fue tan difícil, ahora podré tener papeles, ganar mas pasta, ser independiente, estuve mirando el techo pensando en las posibilidades de vida con esta nueva condición de ciudadano en este país, cuando mi “novia” me pregunta, en que estaba pensando? La miro, se veía muy guapa por las mañanas, la besé y le dije que anoche lo había pasado muy bien.

lunes, mayo 07, 2007

UN sueño con olor a mar


Hoy desperté de un sueño profundo, el culpable fue una ráfaga de viento, me acomodé un poco y ahí estaba: el mediterráneo, no fui la única, varios se despertaron conmigo, con una leve sonrisa un poco dormida y atine a abrigarme, saque un chalequito de mi bolso (que no deja de sorprenderme que siga al lado mío), la playa estaba llena, salió el sol por una horas después de las últimas lluvias de primavera, la ráfaga fue el primer aviso de que aún no estamos en verano, un par de horas después comenzó a llover, fue un buen sábado para conocer la Barceloneta.
La playa más que arena es un poco de tierra que rellenan cada temporada porque cada invierno el mar se la lleva, claramente como muchas ciudades costeras, el ciclo del agua ha sido totalmente intervenido con la excesiva impermeabilización del suelo urbano, hasta perder temporalmente uno de los espacios naturales que mas nos alegra muchos, arena, mar y sol. Nadie se bañaba (bueno quizás unos 10 en cientos metros) para eso están las duchas porque por lo que me han dicho, y que prefiero no corroborar por mi misma, en esas aguas te puedes encontrar con cualquier “cosa naufraga”.
Parese que siempre es una cosa por otra, un borde costero impresionablemente urbanizado, con instalaciones públicas-sanitarias, suficientes y de calidad, espacios de ocio para todos los gustos, recorridos para todo tipo de transportes no motorizados (peatón, peatón con rollers, patinetas, bicicletas, bici-carros, sillas de ruedas, coches, y un par de híbridos que no se ni como se llaman) a costa de arena terrosa y aguas contaminadas. Por lo menos “se supone” que ahora estamos en un proceso de cambio, en cuanto a que se reconoce, la importancia de cuidar, proteger y valorar los recursos naturales y el medio ambiente, e incluso se crean estrategias de rescate a ciertos ciclos naturales interrumpidos, como por ejemplo, el ayuntamiento de Cataluña tiene una estrategia de cambiar el tipo de suelo impermeable de espacios públicos a otros de tipo permeable, espero que ya no sea demasiado tarde para estas aguas y suelos.
Al mismo tiempo, al otro lado del planeta, el gobierno de Chile aprueba el proyecto Pascua Lama dando la autorización a que se pierda una importante reserva de agua del país, como son estos maravillosos glaciares sobre el yacimiento de oro.
No hay justificación económica ni política. Como no somos capaces de aprender de la experiencia de otros países ciudades y pueblos que hoy añoran, por ejemplo, una Barceloneta limpia y con arena real. Y el desarrollo sustentable que tan comúnmente les oímos en sus discursos a las autoridades del país. ¿Dónde está?
PD:Que extraño es el comenzar a escribir con alegría y terminar con rabia.