sábado, noviembre 04, 2006

amanecida dos veces

Creo que la más positiva de mis visiones no han logrado vislumbrar lo que estoy viviendo ahora. Este es mi primer fin de semana oficial en santiago, en la “metrópoli” como dicen los libros de arquitectura y como sienten las personas que han estado lejos algún tiempo. Estoy tan contenta de estar aquí, reconstruyendo mis redes, y reconociendo los encantos de esta ciudad y su gente, Porque más que una metrópoli es una red, es un red que soy parte, y estoy disfrutando como un niño la sorpresa de la ciudad y de sus habitantes. Desde la publicidad en las micros, al garabato del auto de la pista adyacente. Desde mi dormitorio hasta la risa de una amiga.
Ojala uno no perdiera nunca la capacidad de asombro, para valorar cada minuto de los lugares a los cuales uno pertenece. Mi fascinación me ha mantenido presa de una paz en este lugar.

1 comentario:

Alejandro Escudero G dijo...

Es extraña la relación que tiene el Santiaguino con la cuidad, un relación de amor y odio, no quejamos de que la urbe es muy rápida muy impersonal que las distancias son extratosfericamente grandes que no tenemos vida que es imposible hacer deporte porque hay demasiada contaminación, nos quejamos de los desvíeles de las bocinas de los automovilistas, del cuasi proyecto transantiago, etc... Pero tienes razón cuando uno esta lejos se extraña todo, absolutamente todo. Cuando estaba en Stgo, mi lugar favorito era el barrio Parias Londres, donde esta la Iglesia San Francisco.